Promesas y Mentiras dedicadas a la deriva.
Dulces
son tus miradas, pero mi frío no atrapan.
Al
apagarse las luces, sola otra vez estaba.
Se que
me quieres, pero no es sensato,
ya que
yo, de quererte, jamás seré capaz.
Tus
ojos marrones como la miel, y
lucidos
como tu sonrisa, ingenuos también son.
Ven lo
que ver quieren, olvidándose de lo que la realidad es.
La
realidad es que no soy quien quieres que sea.
Mis
manos reflejan la eterna tensión,
y mi
mirada la pasión que nunca seré capaz de darte.
Obligaciones,
preocupaciones, dolor y rabia
eso es
lo que mi cuerpo refleja.
Recuerdos
encerrados para no hacer más daño del que ya hago,
para no
recordar, que sola, siempre he estado.
Por eso
sé, que tu, explícitamente tú, eso no podrás cambiar.
Así soy
yo, delicada y frágil, capaz de destruirme yo misma.
Y aun
así me quieres, el porqué sigo sin entenderlo.
Y
tampoco quiero.
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